John Silence, investigador de lo oculto by Algernon Blackwood

John Silence, investigador de lo oculto by Algernon Blackwood

autor:Algernon Blackwood [Blackwood, Algernon]
La lengua: spa
Format: epub
Tags: Relato, Fantástico, Terror
editor: ePubLibre
publicado: 2002-01-01T05:00:00+00:00


III

Un cuarto de hora después de la medianoche, vestido con un pesado gabán, y calzado con zapatillas, me escurrí sigilosamente de mi habitación y me deslicé por el pasillo en lo alto de las escaleras. Me paré a escuchar un momento junto a la puerta del doctor. Todo estaba en silencio; la casa estaba sumida en la más completa oscuridad; no asomaba ningún rayo de luz bajo ninguna puerta; solo, al extremo del pasillo, desde la dirección del cuarto de la enferma, llegaban débiles sonidos de risitas y de palabrería incoherente que no eran algo que tranquilizase el ánimo de quien ya estaba tembloroso, y me apresuré a llegar al vestíbulo y salir a la noche a través de la puerta principal.

El aire era cortante y helado, perfumado con los olores de la noche, y exquisitamente fresco; el millón de velas del cielo estaba encendido, y una suave brisa se levantaba y caía con suspiros lejanos sobre las copas de los pinos. Mi sangre saltó un momento en la amplitud de la noche, pues las espléndidas estrellas me daban valor; pero al momento siguiente, cuando doblé la esquina de la casa, bajando sigilosamente por el paseo de gravilla, mi ánimo volvió a hundirse ominosamente. Pues, más allá, sobre los penachos fúnebres de la Arboleda de los Doce Acres, vi el disco roto y amarillo de la media luna elevándose por oriente, mirándonos como un inmenso Ser que hubiera venido a vigilar el cumplimiento de nuestra sentencia. Vista a través de los vapores distorsionadores de la atmósfera terrestre, su cara parecía extrañamente poco familiar, su habitual expresión de vacío benigno en cierta forma retorcida. Me deslicé por las sombras junto a la pared, sin levantar la vista del suelo.

El lavadero, tal y como ya lo he descrito, estaba separado de los otros edificios, con arbustos de laurel apretados detrás de él, y con el huerto tan cerca por el otro lado que los fuertes olores del suelo y de plantas creciendo llegaban con gran intensidad. Las sombras de la arboleda encantada, muy alargadas por la luna creciente detrás de ellas, alcanzaban hasta las mismas paredes y cubrían las losas de piedra del tejado con un palio oscuro. Tan alertas estaban mis sentidos en aquel momento, que creo que podría llenar un capítulo entero con los interminables y pequeños detalles de las impresiones que percibí —sombras, olores, formas, sonidos— en el espacio de los breves segundos que permanecí en pie y esperé ante la puerta de madera cerrada.

Entonces me di cuenta de que alguien venía hacia mí a través de la luz de la luna, y la figura de John Silence, sin abrigo y con la cabeza al descubierto, llegó rápidamente y sin ruido a unirse a mí. Sus ojos, según pude ver en seguida, desprendían un fulgor maravilloso, y tan marcada era la resplandeciente palidez de su cara que apenas distinguí el paso de la luz de la luna a la sombra.

Pasó a mi lado sin decir una palabra, haciéndome una señal para que le siguiera, y luego abrió la puerta y entró.



descargar



Descargo de responsabilidad:
Este sitio no almacena ningún archivo en su servidor. Solo indexamos y enlazamos.                                                  Contenido proporcionado por otros sitios. Póngase en contacto con los proveedores de contenido para eliminar el contenido de derechos de autor, si corresponde, y envíenos un correo electrónico. Inmediatamente eliminaremos los enlaces o contenidos relevantes.